Me preparaba para hablar en una conferencia de ‘I can do it’ (Puedo hacerlo) cuando decidí sacar una naranja al escenario como un apoyo para mi exposición. Comencé una conversación con un joven brillante de unos doce años que estaba sentado en la primera fila. “Si exprimiera esta naranja tan fuerte como pudiera, ¿qué saldría?” le pregunté. Me miró como si estuviera un loco y me dijo: “Zumo, por supuesto.” “¿Crees que podría salir zumo de manzana?”. “¡No!” se rió. “¿Y zumo de pomelo?”. “¡No!”. “¿Qué saldría de ella?”. “Zumo de naranja, por supuesto”. “¿Por qué? ¿Por qué cuando exprimes una naranja sale su zumo?”.
A estas alturas, él puede que ya esté empezando a desesperarse conmigo. “Bueno, es una naranja y eso es lo que hay dentro”. Asentí con la cabeza. “Vamos a suponer que esta naranja no es una naranja, sino que eres tú y alguien te aprieta, ejerce presión sobre ti, dice algo que no te gusta, que te ofende. Y fuera de ti sale la ira, el odio, el rencor, el miedo. ¿Por qué? La respuesta, como nuestro joven amigo nos ha dicho, es porque eso es lo que hay dentro”. Es una de las grandes lecciones de la vida. ¿Qué sale cuando la vida te aprieta? ¿Cuando alguien te hace daño o te ofende? Si lo que sale de ti es ira, dolor o miedo, es porque eso es lo que hay dentro. No importa quién te aprieta, tu madre, tu hermano, tus hijos, tu jefe, el gobierno. Si alguien dice algo de ti que no te gusta, lo que sale de ti es lo que hay dentro. Y lo que hay dentro de ti, es tu elección. Cuando alguien ejerce presión sobre ti y de ti no sale otra cosa que amor, es porque eso es lo que has permitido habitar en tu interior. Una vez que quitas todas esas cosas negativas que no deseas en tu vida y las reemplazas por amor, te encontrarás viviendo una vida altamente funcional. Gracias, mi joven amigo, ¡esta naranja es para ti!