No se trata sólo de dolor de cabeza o espalda: también de trastornos digestivos, respiratorios o incluso ginecológicos
La columna vertebral es más importante de lo que se cree y está relacionada con los órganos de una manera asombrosa. Existe una conexión entre ella y las enfermedades que podemos sufrir en lo cotidiano, según la medicina ancestral.
El caso más habitual donde los médicos relacionan la columna con una patología o enfermedad es el dolor de cabeza, producido por dormir mal o por hacer un mal movimiento. Pero esa no es la única conexión que podemos hacer entre los huesos y lo que nos duele.
Comenzando en la nuca y terminando en el huesito “dulce” hay diferentes puntos, uno debajo del otro, que se relacionan con una parte del cuerpo en concreto. Estos son:
– Cabeza y orejas, ojos y lengua, dientes, nariz y boca
– Garganta, cuello y hombros
– Glándula tiroides
– Manos
– Corazón, pulmones y senos
– Vesícula biliar, hígado, estómago, páncreas, bazo
– Glándulas suprarrenales, riñones, vejiga
– Intestino delgado, colon, intestino grueso
– Órganos sexuales
– Espalda
– Pies
La columna vertebral recubre la médula espinal, que tiene la misión de transmitir toda la información que sale del cerebro y viaja al resto del cuerpo. Cuenta con diversas terminaciones nerviosas que pasan entre cada vértebra y, cuando estas pierden su alineación natural, hay un problema de comunicación. Es allí cuando comienzan los dolores o las enfermedades.
Al sentir una molestia o descubrir una patología, tenemos la posibilidad de determinar qué zona de la columna se ha “desconectado” del sistema.
De esta manera, por ejemplo, los problemas en las cervicales pueden provocar entumecimiento en las manos. Cuando el problema está en las vértebras torácicas se originan dolores de estómago y, si es en las lumbares, puede haber una pérdida de sensibilidad en las piernas.
La medicina holística considera que el dolor de espalda es una consecuencia de los sentimientos negativos que vamos acumulando. Los quiroprácticos, por su parte, creen que con masajes certeros podemos disminuir problemas en la vista, hemorroides o úlceras estomacales.
Para poder comprender un poco mejor todo esto sería bueno que aprendiésemos algo más sobre las zonas de la columna. Las vértebras se dividen en cervicales, dorsales y lumbares. Algunos añaden el área del sacro y el coxis.
Cuando hay un problema en alguna de ellas, los síntomas no solo aparecen en la espalda. Estas son las relaciones entre las vértebras, las emociones y las enfermedades:
Cervicales
Primera cervical: da el soporte a la cabeza y su dolor puede estar causado por miedos, preocupaciones y negatividad. Provoca migraña y problemas nerviosos.
Segunda cervical: permite mover la cabeza y está conectada con los órganos de los sentidos (ojos, oídos, nariz y boca).
Tercera cervical: si no está sana conlleva a daños en la piel, los huesos y los nervios del rostro, las orejas y los dientes. En lo emocional causa aislamiento.
Cuarta, quinta y sexta cervicales: se ubican en el mismo nivel que la glándula tiroides y tienen una gran relación con ella. Están conectadas con la voz, la garganta y las cuerdas vocales. Puede provocar enfermedades de faringe, laringe, etc.
Séptima cervical: influenciada por la moral, las creencias y lo espiritual. Su estado puede afectar a los brazos, los codos, las manos y los hombros al inflamarlos o no permitir movimientos libres.
Dorsales
Primera dorsal: reacciona cuando no tenemos en cuenta nuestras limitaciones en el deporte, en el trabajo o en los esfuerzos cotidianos. Trae dificultades respiratorias.
Segunda dorsal: se desequilibra cuando no expresamos nuestras emociones y se manifiesta por dolores en el corazón y en los pulmones.
Tercera dorsal: también se conecta con la actividad respiratoria y el pecho.
Cuarta dorsal: se refiere a los placeres, las tentaciones y los deseos cuando no se satisfacen. Puede traer como consecuencia problemas en la vesícula biliar.
Quinta dorsal: el mal estado de esta vértebra tiene que ver con la sensación de perder el control y se manifiesta con malestares hepáticos y problemas en la sangre.
Sexta dorsal: si no está en buenas condiciones provoca dolores estomacales.
Séptima dorsal: reacciona cuando no descansas lo suficiente y no te relajas.
Octava y novena dorsal: se localizan a la altura del diafragma y lo “manejan”. Si tienes mucho miedo o estás inseguro es lo primero que se resentirá. Enfermedades en el bazo, alergias o urticaria son las reacciones más comunes.
Décima dorsal: profunda inseguridad provoca dolores en los riñones.
Décimo primera dorsal: está relacionada con el sistema nervioso y también puede causar enfermedades en la piel como acné o eccemas.
Décimo segunda dorsal: su desequilibrio provoca males intestinales, dolores articulares, afecciones en las trompas de Falopio y circulación linfática deficiente.
Lumbares
Primera lumbar: puede acarrear patologías en el intestino y el colon comoestreñimiento o disentería.
Segunda lumbar: la soledad y la timidez recaen en esta vértebra que, cuando está en mala situación, provoca varices, dolores en el abdomen y apendicitis.
Tercera lumbar: cuando hay problemas familiares se ve reflejado en dolencias en los órganos genitales, la vejiga y las rodillas. También causa artritis.
Cuarta lumbar: conlleva a dolores en el nervio ciático y en el caso de los hombres problemas de próstata.
Quinta lumbar: se ve afectada por los celos y los disgustos y causa dolores en las piernas, las rodillas y los pies.
Sacras
Primera, segunda y tercera sacra: generan problemas sexuales.
Cuarta y quinta sacra: dolencias y problemas de fertilidad, herpes, cistisis, cálculos, diarrea y estreñimiento.
Para terminar, el coxis, considerado el centro de energía por estar allí el primer chakra, puede desencadenar problemas intestinales, urinarios, reproductivos, circulatorios y digestivos.